WEB OFICIAL TURISMO TODTNAU
A primera vista, se trata de una ciudad que cayó del cielo en medio de la Selva Negra. Es una zona típicamente alemana, cuyas casas lucen el viejo y tradicional estilo arquitectónico local, con techos muy altos y floreros en las terrazas.
Es además un célebre destino vacacional, con gente hospitalaria y siempre dispuesta a ayudar al visitante. Y la ayuda es importante para quien pretende entender el dialecto local. Estar en Todtnau es conocer una Alemania en la que se habla otra lengua.
Pero así como se enorgullecen de su idioma, los habitantes de Todtnau también disfrutan mostrar una de las mayores atracciones turísticas: la Todtnauer Waesserfall, cascada de 97 metros de altura que es considerada uno de los diez patrimonios naturales más bellos de Alemania.
Más de medio millón de personas se dejan llevar todos los años por las intrincadas veredas (muy bien señalizadas) dentro del bosque. En el invierno, la naturaleza se encarga de congelar las aguas de la cascada, formando una impresionante escultura de hielo.
La región también exhibe influencia de los países vecinos: la Alsacia francesa y Suiza. Por eso, el visitante no debe asustarse cuando escucha un Merci (gracias, en francés) en vez del acostumbrado Danke alemán.
Dorfhock
Una costumbre común, cuando la temperatura lo permite, son los encuentros entre los habitantes de la Selva Negra. En esta verdadera integración de comunidades hay una sola regla: divertirse. El nombre alemán para esta práctica es Dorfhock, que viene de la palabra Dorf (pueblo en alemán) y hocken (sentarse en cuclillas). Son congregaciones marcadas por a la cerveza, las salchichas y mucha música.
Coaster Rodelbahn
Para quien esté dispuesto a dejar de lado las vacaciones idílicas en la Selva Negra, y experimentar un poco más de adrenalina, la opción es el llamado Coaster Rodelbahn. La rampa de descenso en la montaña Hosenhorn (1.058 metros) es la más rápida de la región. En algunas partes, la pista llega a ubicarse a 13 metros por encima del suelo.
A primera vista, se trata de una ciudad que cayó del cielo en medio de la Selva Negra. Es una zona típicamente alemana, cuyas casas lucen el viejo y tradicional estilo arquitectónico local, con techos muy altos y floreros en las terrazas.
Es además un célebre destino vacacional, con gente hospitalaria y siempre dispuesta a ayudar al visitante. Y la ayuda es importante para quien pretende entender el dialecto local. Estar en Todtnau es conocer una Alemania en la que se habla otra lengua.
Pero así como se enorgullecen de su idioma, los habitantes de Todtnau también disfrutan mostrar una de las mayores atracciones turísticas: la Todtnauer Waesserfall, cascada de 97 metros de altura que es considerada uno de los diez patrimonios naturales más bellos de Alemania.
Más de medio millón de personas se dejan llevar todos los años por las intrincadas veredas (muy bien señalizadas) dentro del bosque. En el invierno, la naturaleza se encarga de congelar las aguas de la cascada, formando una impresionante escultura de hielo.
La región también exhibe influencia de los países vecinos: la Alsacia francesa y Suiza. Por eso, el visitante no debe asustarse cuando escucha un Merci (gracias, en francés) en vez del acostumbrado Danke alemán.
Dorfhock
Una costumbre común, cuando la temperatura lo permite, son los encuentros entre los habitantes de la Selva Negra. En esta verdadera integración de comunidades hay una sola regla: divertirse. El nombre alemán para esta práctica es Dorfhock, que viene de la palabra Dorf (pueblo en alemán) y hocken (sentarse en cuclillas). Son congregaciones marcadas por a la cerveza, las salchichas y mucha música.
Coaster Rodelbahn
Para quien esté dispuesto a dejar de lado las vacaciones idílicas en la Selva Negra, y experimentar un poco más de adrenalina, la opción es el llamado Coaster Rodelbahn. La rampa de descenso en la montaña Hosenhorn (1.058 metros) es la más rápida de la región. En algunas partes, la pista llega a ubicarse a 13 metros por encima del suelo.